Bienvenidos a mi mundo, al de los abrazos de oso, las risas a carcajadas, las ilusiones compartidas, el amor, la eterna niñez, el romanticismo, los recuerdos en fotografías, las imágenes en la retina, los colores, los sueños, la vida...
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martes, abril 27, 2010

MAGIA POTAGIA

Soy la típica persona que antes de tirar algo intenta buscarle otra utilidad, otra función, otra vida. Guardo en casa maderas de algún armario desmontado, calcetines o guantes desparejados, toallas o sábanas viejunas que imagino como futuros muñecos, camisas grandes para transformar en faldas, faldas en bolsos, sueters de lana en cojines … Siempre he querido hacer esos arreglillos, customizar mi ropa, y he ido guardando prendas que apañaba a mi manera en mi cabeza, pero que en la práctica no podía hacer porque me faltaba lo básico, saber coser. Y tiempo para aprender.
El año pasado, debido a la falta de faena en el trabajo, empezamos a salir a las 17 h. de la tarde. A mí me vino al pelo porque me permitió hacer un curso organizado por la Concejalía de Juventud de Valencia que se llamaba “Recicla tu ropa de forma divertida”. La profe, Esperanza, nos enseñó diferentes tipos de costura y de bordado, así como trucos para aprovechar ropa que normalmente tiraríamos por tener algún defecto. Alargar un sueter o unas mangas que se nos ha quedado cortas, poner apliques a prendas para disimular una tara, o simplemente a modo de adorno para darle otro aspecto. Aquí os dejo un enlace a su blog. Era exactamente lo que necesitaba. Fue un curso muy corto, 20 horitas que se pasaron como 20 minutos, pero que me supieron a gloria y que despertaron en mí las ganas de más. Los últimos días del curso los dedicamos a hacer algo nuestro. Yo customizé este bolso para regalárselo a mi hermana. Desde entonces siempre lo lleva y lo enseña orgullosa, diciendo “lo ha hecho mi hermana!” Sólo se ha separado de él hace un par de semanas que me fui a Madrid al Nómada Market y se lo pedí para llevarlo y poder decir “lo he hecho yo!”, ji, ji. Mirad cómo era al principio y cómo quedó después.





Está todo hecho a mano. La tela de cuadros es de una falda, la de pana marrón de un retal, la cara de la chica es de una camiseta vieja que mi prima Ana iba a tirar. El otro día ella y sus amigas vieron el bolso y comentaban “qué recuerdos…esa camiseta…aquellos veranos…” fue muy entrañable, y el hecho de que esa chica haya sobrevivido a su destino, que era la basura, me parece mágico. Los botones con forma de flor simbolizan a mi madre (tallo central), y a mi hermana y a mí (pequeños tallos que nacen de él).

4 comentarios:

Camaleona dijo...

Me encanta!! además me gusta un montón los reciclajes para accesorios... ay si tuviera veinte horitas de nada...

Nuria dijo...

Camaleona!
Qué alegría verte por aquí! Pues en eso se va a basar mi proyecto. Reciclar ropa/objetos y transformarla en otras cosas: bolsos, muñecos, broches...Que no mueran, darles otra oportunidad.
Un besazo!

barbaria dijo...

Danos ideas, Nuria, que las aprovecharemos.

Nuria dijo...

Gracias Barbaria!
Parece mentira, pero ahora que tengo más tiempo libre que antes (en teoría), apenas me queda para pasarme por aquí. Pero prometo no fallaros! Un abrazo