No entiendo a la gente que sólo vive para su ombligo. O que su familia sólo consiste en su marido e hijos. Dicen que un hijo es lo máximo, no lo sé, yo no tengo hijos, pero tengo padres, hermana, abuela…, y para mí ellos son como mis hijos. Los que sois padres direis "y un cojón", pero es así, os lo juro, yo siento un amor inmenso por los míos que me impide mirar hacia otro lado cuando tienen problemas. Los sufro como si fueran míos, es que son míos! Cuando digo que estoy cuidando a mi yaya Pilar de 93 años, la madre de mi padre, me miran como a un marciano. "Pero tííía…uuuhhhh? Y "tu vida" qué?" Cómo? Perdona? Bienvenida al mundo real colega! Qué te piensas que es esto? Todo fiesta y risas? Pues siento decepcionarte pero la vida tiene bueno y malo. Y hay que estar también pa lo malo. Más que nunca! Haz con "tu vida" lo que quieras pero no me toques la moral. Desde que nací, mi yaya estuvo siempre ahí. Para todo. Tengo recuerdos de cuando me llevaba a la guardería, al horno a comprarme la ensaimada o el cucurucho relleno de trufa, a pasear por las calles de Valencia mientras me decía sus nombres "esta es la Calle de La Paz, esta es la Calle de Las Barcas, esta es la Plaza de la Virgen y esa es la Basílica de los Desamparados, y si miras por esta ventanita, verás a la Geperudeta, que es la patrona de Valencia, la ves?" "Sí, sí! qué bonita!"…sí, sí, aun la veo yaya…Veo la escena en mi cabeza. Recuerdos grabados a base de amor y cariño. Todos lo domingos venía a mi casa con el periódico y me decía: "A ver qué película quiere ver hoy mi nieta?" Y me llevaba al cine. Todas las pelis de aquella época las vi de estreno con mi yaya. Y en todos los recuerdos buenos de mi infancia aparece mi yaya. Cuando tenía 12 años mis padres se separaron y con ellos las familias. Todo cambió. Ya no hubo más domingos de cine ni cumpleaños felices. Los fines de semana que nos tocaba con mi padre los pasábamos en casa de mi yaya, pero había tristeza. La familia estaba rota, los corazones estaban rotos, cortados de un machetazo. Aún así, ella siguió ahí. Para todo. Si me hacían falta unas zapatillas de deporte para el cole, ella me las compraba. Si me hacían falta diccionarios para el instituto, ella me los compraba.
Ha pasado la vida, y la vida es muy perra. Mi yaya siempre vivió con mi tía Margarita, que el año pasado se la llevó la muerte, que es más perra. Mi yaya se quedó sola, en su cama, donde lleva ya 10 años sin poder levantarse porque está hecha polvo de los huesos. Tiene toda la lucidez del mundo. Sabe de todo y lo mismo te cuenta la historia de Enrique VIII como la vida de los elefantes. Mi tía Pili ha seguido cuidando de ella todo este año, y le hemos echado una mano lo que hemos podido. El 13 de abril mi tía Pili entró en quirófano para operarse de un tendón del hombro (nada) y por problemas con la anestesia, desde entonces está en la UVI, muy malita (pero se va a poner buena, se va a poner buena!). Mi yaya se ha vuelto a quedar sola. Vosotros pensais que yo puedo girar la cabeza y mirar hacia otro lado? Sacarla de su casa y meterla en una residencia? Contratar a una interna que esté con ella día y noche? Vamos a ver, yo ahora no trabajo, soy joven y no pienso en el futuro, el futuro no existe. Vivo el presente y el presente lo vivo por prioridades y ahora mi prioridad es mi yaya. Claro que es triste, claro que es deprimente, claro que estás "acompañándola al final" y eso duele. Pero queda compensado con las conversaciones, con las miradas, con los besos que nos damos. Qué parte de la frase "la quiero con locura, me necesita y se lo debo" no entendeis?
La próxima vez que me pregunteis ¿Cómo estás Nuria? ¿Cómo te va la vida? Os diré "muy bien, cojonudo" y me evitaré comentarios que se me clavan como puñales en el corazón. Me callaré y escucharé con una sonrisa que vuestros hijos ven Bob Esponja y Bob su puta madre.
Adiós
NOTA (escrita 4 días después de la entrada)
Quiero aclarar que no he querido ofender a los que son padres y madres, y muchísimo menos a sus hijos. Que adoro a los niños, a los de mis amigos, familiares, conocidos y que me encanta que me hablen de ellos. Tengo amigos con hijos que todos los días ayudan a sus mayores, y por eso tienen todo mi respeto, admiración y cariño. Escribí esto aquí el otro día porque necesitaba desahogarme por todas las veces que me he tenido que morder la lengua con personas, padres o no padres, que me contestan sin pararse a pensar que están hablando con alguien muy sensible y que sufre por las cosas que está viviendo. Si alguien se ha sentido ofendido, le pido perdón.
Y ya que estoy, quiero decirle a la persona que de verdad está aguantando carros y carretas conmigo, que siempre me apoya y me da buenos consejos, que desde el principio ha estado para lo bueno y para lo malo, y que descuido sin querer por dedicarme a “salvar vidas” como yo digo… que te quiero mucho cariño, mi Jose, que eres el amor de mi vida y gracias por todo, por ser mi Chakrita, por tu paciencia y por tu amor. Somos los bebés invencibles y lapicas para siempre.
6 comentarios:
Hola Nuria! me alegro de que te gusten las telas.
La tienda esta en Godella, muy cerquita de la estación del metro.
La calle es Tenor Alonso nº74. Tenemos cosas muuuu bonitas, pasate cuando quieras.
Yo soy madre y también cuidaría de mi yaya, me parece que no hay nada más bonito que lo que se hace por amor.
A mi no me gusta el bob esponja de lo nagasones y tampoco voy hablando de mi hija, que pesadas son algunas!!!, mi vida como madre me la guardo para mi.
Merche
Gracias Merche.
Me pasaré algún día por tu tienda. Y qué va, no me molesta para nada que la gente me hable de sus hijos, al contrario, me gustan mucho los niños, me aportan mucha alegría y hacen que "me cambie el chip". Me desahogué por casos muy concretos que me han pasado que al contar que yo estoy ayudando a mi madre o a mi padre o a mi yaya, me han dicho cosas que me han dolido mucho (imagino que sin mala intención). No me refería a padres y madres. Espero que no se me malinterprete
Los vínculos afectivos (eso de que el roce hace el cariño) son hasta más importantes que los de la sangre. El amor es inmenso ya sea por tus hijos, tus abuelos o esa señora que no te toca nada pero que te dedicó tanto... por eso todos son loables y comprensibles. Tu entrega, tu generosidad y tu amor por tu abuela sólo te hace merecedora de respeto, no de críticas.
Acompañar a una persona en el final es duro. Yo lo hago profesionalmente (y con mucho cariño, en una de esas residencias que dices) y muchas veces me sorprendo de familias que se "olvidan" de sus abuelos durante ¡meses! y luego llegan a traerle al biznieto y una docena de dulces, con sonrisas y abrazos como si fuera una fiesta. "hola, abuela..¿sabes quién soy? No lo sabe, no conoce ya..." no les conoce porque su memoria le juega malas pasadas y no todos tienen la suerte de tu abuela (o de la mía que está en una situación parecida) Pero a mí sí me conocen, aunque no recuerden mi nombre, me sonríen y me saludan porque mi rostro, mi voz es familiar para ellos, porque les hablo y les cuido todos los días y me cogen de la mano y me llaman hija...¿me he extendido mucho?...Me repatean los egoismos.
Enhorabuena por lo que estás haciendo Nuria.
Me has emocionado mucho Barbaria. No sabes cuánto agradezco tus palabras. Uf! Me he quedado con un nudo...Se nota que tú también lo llevas por dentro y necesitabas desahogarte un poquillo eh? Hay que tener mucha sensibilidad, fuerza y amor para hacer lo que haces. Ahora que sé a lo que te dedicas, te admiro y te aprecio más, aunque no nos conozcamos en persona (qué cosas…) Un abrazo muy fuerte.
La única abuela a la que conocí vivió con nosotros hasta que cumplí los once años... así que cuando escucho a las personas hablar de sus abuelos siento un dolorcillo de corazón, porque la única que pude conocer se fue muy pronto. Pero recuerdo que entre todos la cuidábamos, ella no podía moverse tampoco y entre todos nunca la dejábamos sola. A mí me tocaba peinarla, le hacía su moño de pelo blanco todas las mañanas y le peinaba por la noche, y ella a cambio me hacía masajitos en los pies. A veces mi madre me dejaba darle la cena, galletas con leche. Y mi hermana y yo todas las tardes nos poníamos delante suyo a representarle la canción de los elefantes... Cuando llegue el momento, quisiera devolver a mi madre lo que ella hizo por la suya... es lo que me enseñaron con doce años.
No entiendo que nadie te recrimine, en cualquier caso deberían ensalzar tu valentía por una decisión así y sobretodo tu entrega y responsabilidad. Te envío un beso muy fuerte y ánimo.
Qué precioso Camaleona y qué recuerdos tan bonitos. Te he imaginado cantando con tu hermana y peinando a tu yaya, y la leche con galletas para cenar...aaay…igualito igualito. A mí sólo me queda esta yayita y pienso disfrutar de ella todo lo que pueda. Tenemos tantísimo que aprender de los mayores. Y tanto que darles. Mi amiga Ainhoa me dijo hace poco que había leído que si a lo largo de tu vida habías logrado ayudar a una sóla persona, tu vida ya habría tenido sentido. Yo hace tiempo que descubrí que hacerlo tiene una enorme recompensa por ambas partes y que en la vida, al final, lo que permanece es eso, el amor que das y que recibes. Eso no te lo quita nadie. Rías o llores, subas o bajes, pase lo que pase, todo habrá valido la pena si vivimos por y para amar. Un abrazo muy gordo.
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